Fernando Santiago :: Teléfono: 637 505 109 :: fernando@artevia.com :: Madrid

Aunque no le gusta presumir de ello,

es una autoridad en el complejo

tema de las servilletas de papel

Pero así pudo comprar a tocateja un flamante Machintosh por la bonita cantidad de 275.000 pesetas, e hizo sus primeros pinitos como freelance diseñando carteles, folletos y revistas. Solía cobrar poco y tarde, aunque solo en los mejores casos.

El futuro pintaba muy feo por ese camino, y se decidió a tomar la iniciativa creando el libro de fiestas de su pueblo, una publicación gratuita, común en otras localidades, con información  del programa festivo y reportajes sobre las distintas actividades. Diseñó y redactó las 48 páginas y acometió también la tortuosa labor comercial. Superando su timidez se plantó en la puerta de 137 negocios, logró que se anunciaran los suficientes como para financiar el libro y obtener un beneficio de 650.000 pesetas. Un gran éxito que se le acabó indigestando.

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Al cumplir 18 años había empezado a trabajar durante las vaciones en Scott, la empresa del papel higiénico. Su padre estaba empleado allí, y los familiares cubrían las vacantes. Un trabajo condenadamente monótono, ocho horas seguidas depositando cajas de servilletas en una cinta transportadora.